La cabeza de Cromwell y el portazo a la Reina

La Reina de Inglaterra tiene prohibido entrar en la Cámara de los Comunes (su Congreso de los Diputados), y no por algo que haya hecho ella, sino por lo que hizo Carlos I, Rey de los ingleses en la primera mitad del siglo XVII. Y quizás para que no se le olvide, hoy en día se le sigue dando un portazo a su emisario durante el acto de apertura del año parlamentario.

Oliver Cromwell, quien gobernó la República inglesa en su corto periodo de existencia y participó en aquel histórico momento, lo pagó con una tortura post mórtem después de que su cuerpo fuese sacado de la tumba de la Abadía de Westminster y su cabeza colocada en un poste durante 25 años en la puerta del Palacio de Westminster. En el siglo XIX se dispuso su estatua en la entrada del Hall of Westminster para representar el poder e independencia de los Comunes en esta histórica monarquía.

La visita de Carlos I a la Casa de los Comunes

A mediados del siglo XVII existía mucha tensión entre los parlamentarios electos y la monarquía. Cinco diputados de la Cámara de los Comunes criticaron abiertamente al Rey Carlos I. Éste, con gran enojo, decidió ir a la cámara cuando todos estaban reunidos para apresar a esos parlamentarios. Alguien avisó al «Speaker» (Presidente del Congreso) minutos antes de la aparición del rey, con lo que los cinco implicados tuvieron tiempo de desaparecer. El rey pidió al Speaker que se los entregase y éste, arrodillado en el suelo delante del rey, le contestó:

«May it please your Majesty, I have neither eyes to see nor tongue to speak in this place but as the House is pleased to direct me, whose servant I am here»,

«Con el debido respeto de su Majestad, sólo tengo ojos para ver o lengua para decir en este sitio lo que el Parlamento me pida, del que soy su servidor»

En ese momento tuvo lugar la declaración de independecia de la Cámara de los Comunes.

Ocho años después, en 1649, al final de la guerra civil donde los parlamentarios ganaron a los monárquicos, los comunes votaron sobre el destino del rey y, por un sólo voto de diferencia, decidieron que el rey fuese ejecutado.

Oliver Cromwell fue proclamado líder de la República de la Commonwelth (Lord Protector) en 1653 y gobernó hasta su muerte, por enfermedad, en 1658. Su funeral se realizó con honores de estado y fue enterrado en la Abadía de Westminster.

La cabeza de Cromwell en un poste durante 25 años

Los gobernantes de la República, con Cromwell a la cabeza, eran extremadamente puritanos. Prohibieron drásticamente actos sociales muy tradicionales entre los británicos como consumir cerveza en los pubs. El pueblo se empezó a cansar de estas nuevas reglas y, a la muerte de Cromwell, apoyaron la vuelta del hijo del rey ejecutado y la restauración de la monarquía, lo que sucedió en 1660.

Con Carlos II ya en el trono, se ordena desenterrar el cadáver de Cromwell y someterlo a una ejecución post mórtem. Su cuerpo fue colgado y mutilado en público y finalmente arrojado a una fosa común, pero su cabeza se ató a un palo y fue expuesta durante 25 años en la entrada del Parlamento de Westminster.

Tras estos años de exposición pública, la cabeza pasó de mano en mano hasta que finalmente fue enterrada en 1960 cerca de su Universidad de Sidney Sussex College (Cambridge), en un lugar que se guarda en secreto.

El portazo anual a la Reina

Cada año la Reina acude a Westminster para la apertura del año parlamentario. Siguiendo un protocolo estricto, se sienta en su trono en la Cámara de los Lores para realizar su discurso. Los Lores acuden ese día con sus vestidos tradicionales en rojo (color de la corona), la Reina hace un pequeño gesto para que el Black Rod (nombre que proviene de la vara negra que lleva) vaya a la Cámara de los Comunes a llamar a los parlamentarios electos y acudan a la Cámara de los Lores a escuchar el discurso (1:50 en el vídeo).

El Black Rod recorre el largo pasillo y cuando está a punto de llegar a la puerta abierta de la Cámara de los Comunes, ésta se cierra de golpe en sus morros (2:38), acto que representa  la independencia de esta cámara con respecto a la corona. Golpea la puerta tres veces y una vez la puerta se abre, transmite la petición de la reina a los comunes. Estos, encabezados por el Speaker, el primer ministro y el jefe de la oposición, se dirigen a la Cámara de los Lores donde ocupan un reducido espacio en la entrada. Allí escuchan el discurso de la Reina, que ha sido redactado de principio a fin por el gobierno y del cual no puede cambiar ni una coma.

Es curioso observar en el vídeo que cuando el Black Rod está pidiendo a los Comunes que acudan a la Cámara de los Lores, Dennis Skinner (3:22), un veterano y muy carismático diputado laborista, dice: «No Royal commisions this week» (no comisiones reales esta semana). Este diputado batalló duramente contra Margaret Thacher y ésta reconoció, no hace mucho, el gran respeto que tenía a la figura política de Skinner, quien fue minero en su juventud. En definitiva uno de esos políticos de los ochenta tipo Fraga, Carrillo o Guerra donde sus ideas pueden ser compartidas o no, pero sus principios, convicciones y estilo no son negociables.

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